Momento de receso... el líder nos había ordenado detener nuestros deberes porque tras haber fallado en la primera captura de los Jinchurikis, debía reformular su plan para capturarlos mientras nosotros nos tomábamos un rato de tranquilidad, lo que muchos de los miembros se trasladaron a zonas casi inhóspitas para perfeccionar sus Jutsus, lejos del posible espionaje de los ninjas de las aldeas cercanas. Por suerte habíamos alcanzado a exterminar al ninja mensajero antes de que la noticia del atentado en la aldea oculta se hiciera pública, por lo que no causó grandes revuelos en el resto de los países.
Hidan se mudó a un lugar elevado para poder rezar y rendirle tributo a Jashin. Aveces volvía con algún sacrificio para su Dios: personas que se alejaban de las aldeas como transportadores de víveres, gente que viajaba entre ellas para enviar un comunicado, o cualquiera de quien sospeche herejía, como religiosos o ateos.
Kakuzu siguió en cualquier lugar cercano a cualquier ninja cuya cabeza valga oro, no hace falta decir nada de él.
Pain y Konan estuvieron encerrados en la guarida principal, formulando posibles planes para que una falla en los acontecimientos no volvieran a pasar, querían obtener a todos los Jinchurikis lo más rápido posible.
Deidara rondaba cerca de cuevas donde reabastecerse de Arcilla, donde no se oían a gran distancia las explosiones y pudiera inspirarse para nuevas creaciones.
Zetsu se quedó plantado en un bósque, donde se sentía estar en casa
Kisame entrenaba en un punto muerto cerca de la costa, y aveces se paseaba por las aldeas a desafiar a los ninjas más fuertes de cada una, teniendo una excusa para desenfundar a Samehada, y poco se sabe de Itachi... todos supondríamos que tal vez haya vuelto tras la pista de Sasuke, pero nadie sabe nunca lo que está pensando, y conociéndolo, tampoco sería capaz de responder preguntas sobre el tema, ni con una mirada.
Yo, en cambio, no tenía un lugar dónde ir, Sasori me contó que tenía una guarida donde guardaba las marionetas que no usaba, las fallidas y los proyectos, así que pasaría el receso ahí hasta nuevo aviso. Se dispuso a marcharse hasta allí, dentro de Hiruko, con su paso lento pero incógnito, mientras yo vería en dónde podría pasar. A decir verdad, me dí cuenta en seguida que no sería bienvenida en ningún lugar donde valla, sería una molestia para cualqiera, tanto para el entrenamiento de Kisame, o el estado de Zetsu, no sería de ayuda para los líderes, tenía un poco de miedo de la inmortalidad de Hidan y el poco temperamento de Kakuzu... ni hablar de que Deidara no me haría sentir bienvenida después de que me quedé con su compañero, no me dejaría olvidarlo ni me dejaría en paz (aunque él sea el causante de ello, por el comentario que hizo en el momento más inoportuno que pudo haber). Pude observar a Sasori casi desaparecer en el horizonte, por lo que me decidí en ese momento a seguirlo. Corrí un poco hasta que lo alcancé, y cuando estuve a la par de Hiruko, éste se detuvo. Con una voz profunda y gruesa me preguntó un seco "¿Qué pasó?" como si hubiera estado esperando que vuelva.
Yo dudaba para hablarle, me sentía incómoda de hablarle a un ser inerte, aunque se vea adorable como un gatito ondeando la cola.

-Uhmm... ¿Podría...? n.nU
Jugueteaba con un dedo sobre el lomo de Hiruko, hasta que sentí que este se levantaba y Sasori salía de él con aires de superioridad, suspirando, pero no de molestia, sinó un más bien "ya lo sabía..."
Guardó a Hiruko en un pergamino (lo sacó para hacerse el lindo, yo lo sé e.e), y con un poco de verguenza intenté hablarle. No me daba verguenza hacerlo, sinó más bien el hecho de pedirle algo así, no quería que piense que soy alguien que adora pedir favores a todo el mundo, pero bueno! Es una excepción, no tengo lugar a donde ir!
Tironeé un poco de la manga de su túnica y sonriendo como una estúpida le pregunté
-Disculpe maestro... ¿Podría... quedarme con usted...? Ya sabe... soy nueva y---
-Claro, tal vez me ayudes
Me quedé desconcertada, pero bastante felíz, no pensé que me aceptaría así de fácil, aunque... dijo que podría servirle de algo. ¡Eso me alegra!
¿Qué será lo que está pensando que podría serle de utilidad? ¡Tal vez sirva de modelo para una nueva marioneta! O quizás... el quisiera hacerme...
Me dió un escalofrío
-¿Qué te pasa?
La voz del maestro me sacó de mis pensamientos tan rápidamente que casi sentí a la realidad abofeteándome la cara.
-In! In...
Demonios... ¡Casi digo en voz alta lo que estaba pensando!
Veo que Sasori levanta una ceja, extrañado
-Me INtriga saber cómo es tu guarida, Maestro, supongo que es un lugar INteresante n.n
Sasori sigue mirándome con una clara expresión de no entender un pomo, pero intenta responder lo que puede
-Ah... bueno... es mi Santuario... tal vez no te parezca gran cosa pero es mi lugar favorito en el mundo
Se lo ve orgulloso de él, lo miro satisfecha, es la primer sonrisa... o mejor dicho el primer amague de sonrisa que puedo presenciar. Soy una idiota, casi digo "inmortal" en voz alta. Estoy segura de que no es eso. Deberé esperar a llegar para saber en qué puedo ser de utilidad, después de todo, no se nada de la mecánica de las marionetas. Sé dibujar cuerpos humanos, pero ¿Cómo podría servirle eso a el marionetista más famoso de la Arena? Pensaba que tal vez para elaborar planos, pero si no los necesitó hasta ahora, ¿Cuál es la diferencia?
El Sol cayó un poco por el horizonte, pero aún faltaba tiempo para el anochecer. Llegamos a una aldea completamente apartada de todo, bastante maltratada, como si hubiera sido atacada por la guerra. Las calles a ella estaban destruídas, no se veían señales de que alguna vez hubo gente viviendo allí, salvo por las casas destruídas a su alrededor. Todo daba la sensación de abandono y muerte, como si alguien fuera a salir de abajo de los escombros a pedir ayuda. Entre todas las casas, había una que desentonaba con las demás, una con forma de honguito, bastante bien formada, entremedio de paredes caídas y techos deformados de las casas contiguas. Se veía tan bonita, tal vez porque estaba en pie, que se sintió reconfortante verla, como un oasis en medio del desierto.
Ambos entramos, y ya se notaba el esfuerzo invertido en ese taller. Cientos de marionetas estaban colgadas en las paredes, algunas con rostro triste, otras enojadas, algunas asustaban a primera vista, pero luego te atrapaban al ver cuánto empeño tenían, cada detalle, verdaderamente una obra de arte...
-Lena, ¿Podrías venir? Quiero que me ayudes con esto
- ¡Ya voy! - Grité desde donde me encontraba, saludé con la mano a la marioneta que tenía en frente y fuí a la otra habitación con Sasori.
Cuando entré, vi otra tanda de marionetas, pero estas eran diferentes. Algunas estaban sentadas, otras con cosas en las manos como kunais o katanas. Además, la mayoría estaba en su mayoría a medio armar.
Mis ojos brillaban maravillados, amo ver estas cosas, el olor a madera, las obras a medio hacer, rebosantes de esfuerzo puestas en ellas, con un gran potencial por delante. Cualquiera pensaría que son tétricas, y quizás tengan razón... pero lo cierto es que lejos están de asustarme.
Sasori se acercó a una de ellas, una marioneta que estaba "parada" con un brazo abierto a la mitad, no tenía piernas, estaba sostenida sobre una mesa, el pecho era como una puerta con una cerradura al alcance del corazón, no tenía mandíbula inferior y le faltaban los ojos. Su sombra era atemorizante, pero su apariencia extremadamente tétrica... ¡QUÉ BONITA!

-Estaba haciendo esta hace poco, pero como todas las marionetas en esta sección, me aburrió a la mitad...
-¡Qué lástima! ¡Son todas tan hermosas!
-Quería preguntarte si no me ayudas con una, porque no estoy con ánimos de continuar con ninguna de estas, pero las guardo por si acaso
-¡Claro! Pero el problema es que... no tengo experiencia con estas cosas, no sabría muy bien cómo ayudar
-Podrías pensar en una, por allí está mi escritorio, detrás de toda esa pila de miembros de madera. Puedes sentarte allí y encontrarás un cuaderno liso y un lápiz, o con lo que dibujes. Sólo de pido una cosa. Bajo NINGUNA CIRCUNSTANCIA arranques una hoja de ese cuaderno, ¿entendido?
-Ya se... no sabía que fueras así de supersticioso -.-
-¡No lo soy! ¡Pero tampoco tengo necesidad de verificar! ¬¬
-Ok, ok... (sí lo es e.e)
Me senté sobre el escritorio, busqué las hojas pero no las encontré sobre el escritorio, escucho de fondo un "abrí el cajón...", haciéndo lo que me indicó, sintiéndome idiota. saqué un par de hojas lisas, y me puse a pensar en lo que podría dibujar.
No se me ocurría nada... me la pasé acomodándome en la silla un rato largo. Sasori se acercó y se apoyó sobre el respaldo de la silla a ver cómo iba, pero se inquietó un poco al verificar que nada me venía a la mente.
-¿Nada?
-Nope... de hecho, no sé qué podría llegar a gustarte
-Como verás...- Alza las manos como un predicador, señalando la habitación entera- Yo tampoco, por eso te pido ayuda, presisamente porque quiero otro punto de vista, así que no pienses en lo que me gustaría, por favor.
-Está bien...-Me quedo pensativa un momento, y como si fuera a propósito, como si hubiera esperado el momento para responderle, una idea asalta mi mente.- ¿Qué te parece si en lugar de hacer un ninja... creamos una niña? Es más pequeña, te costará menos tiempo, y así practicamos hasta que quieras hacer una más grande -Recorro la vista por el taller- Porque como veo... hacer una marioneta de tamaño adulto aún no funciona, ¿Verdad? Te aburres enseguida
A Sasori se lo vió notoriamente incómodo con éste comentario, pero no quería andar con rodeos, ya que era la verdad y una opinión para ayudarlo. Él sabía muy bien que no me podía contradecir, así que sólo apartó la mirada sin decir otra cosa que "Probemos".
Sin tener en mente el producto final, me puse a esbozar el boceto unisex de un infante. Pude notar en la mirada del maestro que estaba un poco desilusionado con él, pero lo atajé diciendo "¡Hey, que no es mi lápiz ni mi mesa! ¡Obviamente no me saldrá perfecto a la primera!", a lo que respondió levantando las manos a la altura de sus hombros, como un "yo no dije nada". Hubiera apostado lo que sea a que me respondería "Excusas", pero si él hace planos, debe saber lo difícil que es dibujar con los objetos de otro.

-Me gusta el boceto, no sé de qué te escudás
-Lo siento, pensé que no te gustaba como dibujaba -.-
-Al contrario, creo que lo hacés mejor que yo
-Sí, claro
-Hey, -Sasori me muestra una de sus manos- ¿Te pensas que con estas dibujo mejor? Tal vez cuando tenía un cuerpo te hubiera desafiado, pero ya no tengo manos blandas donde los lápices puedan quedarse sin moverse
-Cierto, a veces me olvido pero ¿Cómo sabías que dibujaba?
-Tus manos
Sasori toma una de mis manos por la muñeca, y con la otra, la acariciaba desde la palma hasta las yemas.
-¿Sentís? Son blandas, en especial esta parte -apretujaba las yemas de mis dedos como si fuera plastilina- Ví que tus yemas eran más redondas en el centro, son como las mías y, aunque no me guste decirlo, como las de Deidara. Significa que tenés buena mano para el arte.
-Hmmm... -Me quedé mirando mi mano un momento- ¿Ahora te gusta la quiromancia?
-No, sólo es algo que noté en la gente que tiene algo que ver con el arte, todos tenían ese razgo en común y supuse que no era coincidencia. Después de eso sólo lo escuché, así que confirmé que no eran sólo suposiciones mías.
-Ah... ok
-¿Vas a seguir con el dibujo o qué?
-Ah, sí, es que pensé que tal vez quieras empezar con la marioneta
-Quiero que la termines, porque lo que estoy intentando es algo nuevo, que parte de la base de las marionetas, pero es algo más que eso... se me ocurrió que tal vez me puedan servir para ataques sorpresa o ¡confusión del enemigo!
Se lo veía entuciasmado con la idea, la pasión se reflejaba en sus ojos, no pude evitar preguntar
-¿De qué se trata?
-Autómatas.


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