domingo, 8 de marzo de 2015

Prólogo

Era temprano en la mañana y a duras penas me separaba de la calidez de la cama luego de repetidas advertencias efectuadas por la alarma del celular, la cual silenciaba una vez cada diez minutos. Me refregaba los ojos somnolienta y de mala gana me cambiaba el pijama para salir de la casa. El viento refrescaba y hacía imposible salir a la calle sin un abrigo ligero. A la vez, era un día muy especial porque a partir de mañana asistiríamos a la misma universidad. ¿Asistiríamos? Efectivamente, me encontraba en la casa de mi mejor amiga Eliu, decidí pasar la noche con ella porque su padre se ofreció a llevarnos a ambas en su camioneta hasta una mansión que quedaba mucho más cerca de la universidad que cualquiera de nuestras casas y me fue heredada de parte de mi abuelo. Curiosamente, esa mansión nunca fue ocupada porque cada vez que se retiraba el cartel de "se vende" a las pocas semanas otro volvía a aparecer, otro cartel de una inmoviliaria diferente. Este hecho llamó mucho la atención de mi abuelo, y al haberse vuelto él el nuevo propietario de la casa, nungún otro cartel fue colocado en la vereda, pero por una extraña razón, tampoco era él quien vivía en esa casa. ¿Por qué motivo la habrá comprado si no iba a ocuparla? ¿Habrá presentido que le llegaba su hora, y decidió dejarmela a propósito? ¿Con qué fin? Nunca se enteró, por lo menos de mí que asistiría a una universidad por allí cerca, y de parte de mis padres no lo supo, porque por una infancia miserable le tienen rencor. Entonces... ¿Por qué?
No quería darle demasiadas vueltas al asunto, al fin y al cabo, era una suerte que esa mansión esté allí, lista para que pudiéramos usarla libremente. 
El viaje fue más corto de lo que esperábamos, pero no quería repetirlo desde mi casa que quedaba extraodinariamente lejos, y estoy segura de que a Eliu no le gustaría hacer este trayecto todos los días, si es que puede hacer uno mucho más corto y en compañia. Nos pasamos hablando sobre juegos, y algunos animes que habíamos visto en común, somos realmente frikis! Pero gracias a eso nos llevábamos tan bien...
Bajamos de la camioneta, y tomamos nuestros bolsos. El padre de Eliu se mostró muy apegado a ella, la abrazaba y casi al punto de llorar, le decía que siempre que quiera volver podía llamarlos desde el celular, y que no tenía ningún problema en llevarla todos los días en el auto, casi convenciéndola de que eso haría de ese momento en adelante, pero... se mostró confiado, como un momento que debe asumir en la vida, dejar que ella tome su ruta en la vida como una adulta. Si bien ella los extrañaría, sabía que una situación como esa no se repetiría jamás, mostrándose muy madura ante la situación, infundiéndole confianza. 
Finalmente, el padre de Eliu se volvió a subir a la camioneta, nos saludó por la ventanilla y, al levantar polvadera en un giro nos tocó bocina. Seguimos saludándolo, esperando que nos viera por el espejo retrovisor y miramos detenidamente la mansión...

-Es bonita... pero no sientes algo extraño, Lena?
-Eh?
-No sé como explicarlo, pero se siente... incómodo? Como si no quisiera realmente entrar allí
-Pero a la vez siento la necesidad de entrar
-Exactamente, se siente esa contradicción...

Nos aferramos con una mano a nuestro equipaje y caminamos con cautela... la casa parecía abrazarnos desde su gran inmencidad, se veía como una casona abandonada, pero estaba bien cuidada, aún así era un diseño muy frío que contrastaba con el alba que de a poco comenzaba a aparecer y teñir el cielo de un cálido tono anaranjado. Era poseedora de un diseño muy gótico digno de las noches del 31 de octubre, que nos fascinaba a la vez que subíamos los cuatro escalones de marfil tan blanco como la pureza de una niña, y finalmente tocábamos el anillo de bronce que dentro de las grandes dimenciones de la casa, resonaba con un imponente eco por todas las habitaciones.
Finalmente, la puerta se abrió... 

-Con permiso...
-A quién le pedís permiso? Supuestamente, yo soy la dueña de la casa ahora...
-A vos, supongo?
-Claro, que graciosa...-Dada las circinstancia, una broma como esta tranquilizaba más de lo que parece-
-Pero... no te pareció escuchar como una persona abría desde dentro?
-Ciertamente...
-Pero no hay nadie
-¿Y qué se le va a hacer? Entremos, evidentemente no hay nadie, al fin y al cabo la puerta está abierta
-Si pero... algo no me termina de cerrar en esta situación
-A mí tampoco, pero no hay nada que podamos hacer

Ambas nos abrimos camino por la galería. Era verdaderamente enorme... impecable, madera oscura, alfombra blanca y roja, candelabros que destellaban al unísono con las diminutas velas encendidas... como sacado de un poema de Edgar Allan Poe. 
Ambas asombradas, quedamos boquiabiertas con semejante lujo, y el gran contraste que tenía el adentro y afuera de la mansión

-Es tan hermoso...
-Tan grande...
-No te hace sentir... que el que estemos solas aquí sea como un desperdicio? 

-Jajajajaja...

¿De quién es esa voz?

-Hermano tonto... ya lo arruinaste todo
-No he sido yo, y a quién le dices tonto?!

Se escucha un golpe tan fuerte, que con esa fuerza podría haberse derribado una puerta.
Luego de eso, un golpe suavecito.

-Teddy! 
-Jajaja... lo siento... he sido yo quien se ha reído... es que me fascina ver a un par de perritas tan hermosas e ingenuas... ha sido una escena única...
-No me importa! Nadie llama tonto al gran maestro! Se lo tenía merecido!

Depronto, vimos a tres muchachos de tez blanca, enfermiza, que nos estaban observando desde lo alto de la baranda de las escaleras. Dos pelirrojos, uno con cara de querer deborarnos en ese mismo momento... en el sillón, en el suelo, a la luz del día... no importaba, sus ojos reflejaban el deseo de satisfacer sus propios instintos. El segundo con un aire de superioridad, como el gran León que se pasea triunfante en su territorio, proclamando como suyo todo lo que ve a su camino. Y el tercero, el más pequeño de los tres, el de cabello violeta y profundas ojeras negras, más preocupado por su pequeño osito que llevaba un parche en el ojo, pareciendo éste su objeto más preciado en el mundo, como si todo fuera a desmoronarse si le pasara algo.
Se lanzó desde el barandal hasta el piso de abajo, casi al borde de las lágrimas a recoger su osito y a limpiarle el polvo que no tenía, pero que uno sacude por instinto.

-Teddy... pequeñito... no te lastimaste, no? Estás bien, cierto? Ayato Nii-San es un idiota, sabiendo que puede costarle muy caro... pero lo importante es que estás bien, cierto...? cierto???

Esta escena... me pareció muy tétrica, nunca me gustaron los niños pequeños, y este tenía tatuado en la frente la palabra SHOTA

-Cómo te llamas? ^^

Shota, perdimos a Eliu

-Kanato... y este es mi osito Teddy
-Oh... ya veo... que bonito es 
-Verdad?- Estira sus brazos, ofreciéndole su osito- Quieres abrazarlo? Es muy suavecito...
-Por supuesto! ^^
-Y a mí? Me abrazarías tambien?
-e.e"-toma su maleta- Voy a llevar mi equipaje a mi habitación! -_-
-Ah, lo siento Lena D:

Kanato toma del brazo a Eliu

-Quédate... tenemos un mayordomo que puede recoger las cosas por tí...
-Sí pero... no quisiera molestar, además quiero conocer un poco mejor la ca--
-HE DICHO QUE TE QUEDES AQUÍ!!!

Kanato tomó firmemente de la muñeca de Eliu, con tanta fuerza que quedaron sus dedos marcados alrededor de ella, y la empujó bruzcamente contra el piso.

-ELIU!-Le dedica una mirada de odio a Kanato, mientras ayuda a Eliu a levantarse- Estás bien? Te lastimaste? Lo siento, enserio, según tenía entendido esta casa estaba vacía...-Se voltea hacia Kanato- Y A VOS QUE TE PASA!!!
-Teddy! Es que nadie quiere quedarse con nosotros?! Es eso?! Pero... no le hemos hecho nada a nadie! Por qué recibir un trato de esta manera?! No... No lo comprendo! -Le empiezan a lagrimar los ojos, y finalmente termina enjugándose las lágrimas con la manga de su chaqueta
-Lena, Lena... tranquila... solamente necesita algo de atención...
-Hum! ù.ú
-Ven aquí... te abrazaré...
-Eres una... chica muy obediente...

Kanato se aferra a Eliu, y saca a la luz dos afilados colmillos, que como un profesional intenta insertar en su cuello para beber... Aunque ella intentaba zafarse le resultaba muy difícil mantener a Kanato alejado de su cuello con la gran  fuerza que tenía y no la dejaba ni forcejear; al girarme a los otros dos hermanos, pude ver cómo se reían a carcajadas desde el barandal

-JAJAJAJA ESE ES NUESTRO HERMANO!
-TODAS CAEN CON ESE NUMERITO DEL NIÑO PERDIDO JAJAJA QUE HUMANAS TAN PREDECIBLES!!!

Me sentía impotente! No sabía que hacer en ese momento! Mientras tanto podía ver como los dos vampiros en el piso de arriba comenzaban a cuchichear entre ellos y se acercaban a las escaleras, bajándolas uno por cada lado... 
Yo comencé a retroceder, aterrada, no se suponía que esto acabara así... sabía que debía salir de ahí lo antes posible pero qué pasaría con Eliu?! Qué pasaría conmigo!? Parecía que esto ya no podía seguir sendo prolongado, Eliu ya estaba casi completamente tumbada en el piso alfombrado e inmobilizada en su totalidad, mientras que cuanto más iba retrocediendo instintivamente, más me metía en la ratonera de estos gatos hambrientos...

-Buenos días...

Me decía suave un muchacho de cabello rubio que posó una mano en mi hombro y no me dejaba retroceder...

-Así se hace... pero déjanos esta presa por favor...
-Está bien... aún no acabo la siesta...

Ambos pelirrojos me tomaron de las muñecas, Ayato me acercó hacia sí, lamiendo una de mis mejillas, mientras que el otro levantó su brazo, besando mi mano y mi muñeca, jactándose de el sabor dulce que esta tenía, el delicioso aroma, y qué sabor tendrían otras partes de mi cuerpo... Subió mi remera a la par que su hermano...

-Ayato, Raito, Kanato... qué se suponen que están haciendo...?
-Reiji... siempre interrumpiendo en el mejor momento -_-
-Les parece esta una correcta forma de tratar a nuestras invitadas?
-Qué mas da... humanas son humanas, tenemos hambre!

Detrás de ese joven de cabello azabache, lentes, serio y de piel blanca, apareció otro chico con el cabello completamente blanco, con menos paciencia que el anterior

-Para ustedes todo es comida! Todas las humanas son alimento! Estas jovencitas vendrán con nosotros a la clase nocturna y son nuestra responsabilidad! No quiero que me griten por su culpa, entendieron?!
-Subaru... deberías buscar una mejor manera de dirigirte a tus hermanos
-Lo siento, pero ya me colman la pasiencia... -Se agarró la cabeza, y como si estuviera a punto de estallarle se desplomó en un sillón adorablemente mullido-.
-Señorita...-Le tiende la mano a Eliu-Se encuentra usted bien?
-Supongo... por lo menos no estoy muerta

Basta una mirada de Reiji para que los mellizos comprendan lo que quiere decir

-Está bien! Está bien! Aquí tienes a tu maldita humana!-Me empujan con fuerza, teniendo que hacer un gran esfuerzo para mantenerme parada y no perder el equilibrio-.
-Les explicaré, chicas... -Reiji se acomoda los anteojos, mientras nosotras disimulando el miedo que teníamos nos esforzábamos por no temblar, habiendo casi visto la vida pasar frente a nuetros ojos- Esta mansión es nuestra... vivimos aquí desde hace mucho más tiempo del que piensan. Ustedes nos fueron asignadas como tarea en nuestro colegio, para probar que los vampiros podemos ser decentes y convivir con los humanos... exactamente lo contrario a lo que acaban de presenciar hace un momento. 
-Pero... nosotras elegimos esta universidad, ¿Cómo es posible que nosotras seamos su tarea si en realidad llegamos acá de casualidad?
-No fue una casualidad, ellas no existen... ustedes tienen algo único, y nosotras las estábamos llamando
-Único es el sabor de su piel...- Se saborea Kanato, recordando ese moemento en que no pudo dar más que lamidas al cuello de Eliu, sin poder clavarle una buena dentellada
-Compórtate Kanato, ve a tu habitación, yo me encargaré de esta señorita- Le hacía señas con la mano para que se retire, a la vez que se acercaba a Eliu...-Y tú Raito, encárgate de aquella
-Huh?! Y por qué no yo?! Después de todo soy el gran Ayato y tengo prioridad sobre ella!
-Porque de los dos, él puede auto controlarse y confío en que no la atacará de camino a la habitación que le hemos designado
-Así es Ayato... a partír de hoy ella es mi-pe-rri-ta...
-Ya verás.... no le quité los ojos de encima aún...-Refunfuñaba

Reiji se llevó a Eliu por el pasillo bajo la escalera del lado de la izquierda, y a mí me llevó Raito por el pasillo a la derecha.

-Señorita, estoy apenado por lo que acaba de suceder. Está usted bien?
-Sí, gracias, me duele un poco la muñeca pero no me lastimé de gravedad
-Me alegro...-Le toma la mano y le da un beso a la herida, otro beso al lado contrario, y acaba por apollar sus labios a la vez que le hablaba- Solo espero que accidentes como estos no vuelvan a ocurrir...-La acercaba hacia él, con la excusa de ver su cuello de cerca- Y esta parte... estuvo a punto de ser atacada... hubiera sido una lástima que fuera perforada... por primera vez... por alguien más...




-Lamento el susto, pero me gustan las bitches como tú. Fue adorable ver tu expresión de desesperación, esos ojos perdidos y el ritmo de tu rspiración... Realmente me gustas! Pude sentir que tu corazón latía más fuerte cuando yo te besaba, es una lástima que sólo lo haya podido comprobar con tus muñecas y no haber tocado más arriba... Pero seguro Ayato me lo hubiera impedido aunque sea por imponer propiedad. Aún así, debo decir que tienes un muy buen gusto... Cuando lleguemos a tu habitación... Espero me des las gracias por todo... Me harás sentir bien, verdad, bitch? Estate segura que conmigo rogarás porque no deje de morderte...  Pedirás por favor que continúe...





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Teacup Heart